jueves, 2 de mayo de 2013

RENACER


Un nuevo comienzo: nuevas ilusiones, nuevas esperanzas, nuevos amores y nuevos anhelos.
Vivir el presente con alegría, dejar el pasado donde debe estar: lo más lejano y distante posible.

Porque con cada cambio y renovación aparecen nuevas oportunidades.
Y por mucho que cueste adaptarse a dicho cambio, el mismo trae consigo muchos parabienes y bendiciones para quien lo acepta como un reto y una forma de superación.

Es por ello que ante el cambio que surge en mi vida, reacciono con alegría y optimismo. Porque siempre después de la tormenta viene la calma y después de la tristeza, viene la alegría sincera y profunda.
Ahora sólo miro hacia el horizonte y empiezo a cultivar autorrespeto y autoaceptación.

No más contemplaciones, ni consideraciones, para aquellas situaciones que ya no valen la pena.
De aquí en adelante, me preocuparé por cultivar y fertilizar todo aquello que amo y sobre todo mi amor propio.

Porque Dios nos bendice con muchos dones y nuestro deber es incrementarlos y sentirnos orgullosos de los mismos. Además siempre tenemos la posibilidad de servir a los demás, a través de ellos.
Nada sucede al azar y con cada experiencia vivida aparece un aprendizaje que nos fortalece y humaniza. Aprendamos de nuestros errores y caminemos con la mirada digna y serena de un triunfador.

Porque todos merecemos ser triunfadores en el camino de nuestra vida y porque todos merecemos sentir y expresar amor auténtico, no un amor lastimero en el cual perdemos nuestra propia identidad y nuestra fortaleza, intentando vivir para otra persona.

Llegó el momento de recobrar la fortaleza y ser consecuentes con nosotros mismos.

Llegó mi momento de SER LIBRE Y FELIZ.

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